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Avispa oriental en Jaén: identifica nidos otoñales y cuándo llamar a profesionales

Cada otoño, cuando el calor del verano empieza a suavizarse, Jaén se enfrenta a un visitante inesperado que ha comenzado a alterar la tranquilidad de patios, parques y zonas rurales: la avispa oriental (Vespa orientalis).

Aunque su nombre pueda sonar exótico, ya forma parte del paisaje andaluz desde hace algunos años. Su presencia no solo preocupa por las picaduras, sino por el peligro que supone para la biodiversidad local y, en especial, para las abejas.

Durante 2024 y 2025, los servicios de emergencia de la provincia han registrado un incremento de intervenciones por presencia de esta especie.

En Extra Jaén se documentó uno de los primeros hallazgos importantes en el Polígono del Valle, donde los bomberos encontraron un nido subterráneo activo y tuvieron que excavar para retirarlo de forma segura.

El nido se encontraba en una madriguera abandonada y contenía larvas y panales, lo que confirma la capacidad de adaptación de esta especie a los entornos urbanos y semiurbanos.

En otras zonas de la provincia, como Arquillos, también se han retirado nidos recientemente.

Todo apunta a que las condiciones climáticas de los últimos otoños, más cálidos y con lluvias intermitentes, han favorecido la expansión de esta especie.

Por eso, el control de avispas en Jaén se ha convertido en una prioridad para vecinos, colegios y comunidades.

¿Qué es la avispa oriental y por qué preocupa?

La Vespa orientalis es un avispón de gran tamaño, de entre dos y tres centímetros, fácilmente reconocible por su color rojizo oscuro y la banda amarilla que cruza su abdomen.

Su aspecto puede recordar a la avispa común, pero su envergadura y el zumbido grave de su vuelo la delatan enseguida.

A diferencia del avispón asiático, esta especie no es originaria del sudeste asiático, sino del Mediterráneo oriental. Ha encontrado en el clima del sur de España un hábitat ideal, lo que explica su creciente expansión por Andalucía.

En su entorno natural cumple un papel ecológico importante: ayuda a controlar otras poblaciones de insectos. El problema surge cuando se instala en zonas urbanas o próximas a viviendas.

Los nidos suelen albergar centenares de individuos y, en su fase final de crecimiento (entre septiembre y noviembre), se vuelven más agresivos, especialmente si perciben vibraciones o ruidos cercanos.

Además, los apicultores de Jaén y Córdoba llevan meses alertando sobre su impacto en las colmenas.

La Vespa orientalis es un depredador voraz que ataca a las abejas en pleno vuelo, las decapita y utiliza sus cuerpos para alimentar a las larvas del nido. Esta conducta está causando pérdidas significativas en la producción de miel y en la polinización local.

De ahí que el control de avispas se considere ya una acción preventiva clave, no solo sanitaria, sino también ambiental.

¿Cómo reconocer un nido otoñal?

El primer paso para prevenir riesgos es saber identificar un nido. Los de avispa oriental difieren notablemente de los de la avispa común.

Tienen una estructura compacta, con panales superpuestos protegidos por una envoltura de celulosa de tonos marrones o rojizos. Suelen ubicarse en lugares resguardados: huecos de fachada, techos de almacenes, cámaras de aire, o incluso bajo tierra, aprovechando madrigueras abandonadas de roedores.

En otoño, cuando las colonias alcanzan su punto máximo de población, los nidos pueden superar los 30 centímetros de diámetro.

El tránsito constante de individuos, el zumbido intenso y la acumulación de restos orgánicos alrededor son señales inequívocas de actividad.

En el caso del Polígono del Valle, los bomberos tuvieron que delimitar un perímetro de seguridad para evitar que los transeúntes se acercaran mientras retiraban el nido.

Los especialistas explican que los nidos otoñales son especialmente delicados porque concentran a las hembras fértiles que fundarán nuevas colonias la próxima primavera.

Por tanto, destruirlos correctamente antes del invierno es una de las medidas más efectivas dentro del control de avispas profesional.

El aumento de avisos en Jaén y la expansión por Andalucía

Durante los dos últimos años, el número de incidencias relacionadas con la Vespa orientalis ha crecido de forma constante.

La COAG Jaén alertó en 2025 de la expansión del avispón oriental hacia zonas urbanas y rurales del norte de la provincia, donde antes no se habían detectado casos.

En paralelo, Diario Jaén explicó cómo los técnicos locales emplean un sistema de captura y marcaje: atrapan un ejemplar, lo marcan con pintura y siguen su vuelo hasta localizar el nido. Este método ha permitido identificar decenas de colonias en la provincia.

El Ministerio para la Transición Ecológica también ha incluido a la avispa oriental en su base de datos de especies invasoras con vigilancia especial, señalando su potencial de impacto sobre polinizadores nativos.

Y según Apicultura y Miel, la expansión en Andalucía se considera ya una “alerta apícola de nivel medio-alto”, comparable a los primeros años de detección del avispón asiático.

Los bomberos de Jaén, por su parte, reconocen que las llamadas por retirada de nidos se intensifican cada septiembre.

Muchas provienen de comunidades de vecinos y centros educativos, donde la presencia de un nido activo genera alarma inmediata. Esta tendencia ha llevado a reforzar los servicios de control de avispas tanto públicos como privados.

¿Qué hacer si se detecta un nido?

Ante la sospecha de un nido de avispa oriental, la primera norma es sencilla: no intentar retirarlo. Estas avispas pueden atacar en grupo y sus picaduras, aunque raramente mortales, son dolorosas y potencialmente peligrosas para personas alérgicas.

Lo recomendable es mantener la calma, alejarse lentamente y señalizar la zona para evitar el acceso de otras personas. Si el nido se encuentra en una fachada, jardín o patio, conviene cerrar ventanas cercanas y suspender cualquier actividad que genere vibración, como segar o usar herramientas eléctricas.

A continuación, hay que contactar con una empresa especializada en control de avispas como Plaguefit.

Los técnicos no solo confirmarán si se trata de Vespa orientalis, sino que evaluarán el tamaño del nido, la ubicación y la mejor hora para intervenir.

Generalmente, las retiradas se realizan al atardecer o al amanecer, cuando las avispas están menos activas y la mayoría se encuentra dentro del nido.

Los equipos profesionales utilizan trajes de protección integral, aspiradores de alta potencia y productos insecticidas específicos que actúan sin dispersar a los individuos.

En algunos casos, se aplican tratamientos térmicos o biológicos, especialmente en entornos donde el uso de químicos está limitado, como colegios o áreas naturales.

Una vez eliminado el nido, se realiza una revisión del área para confirmar que no quedan larvas ni estructuras residuales que puedan reactivarse. Este seguimiento forma parte del protocolo de seguridad en todo servicio de control de avispas.

Prevención en colegios, comunidades y comercios

Las instituciones y espacios públicos deben extremar las precauciones durante los meses de septiembre a noviembre.

Los colegios son entornos especialmente sensibles: techos con huecos, muros ventilados y jardines son lugares ideales para la instalación de nidos pequeños.

Por ello, se recomienda realizar inspecciones preventivas a principios de otoño y comunicar cualquier avistamiento antes de que los alumnos regresen de vacaciones.

En comunidades de vecinos, el mantenimiento de fachadas y cubiertas es esencial. Las grietas, juntas deterioradas y respiraderos sin rejilla pueden ser la puerta de entrada para las avispas fundadoras.

En comercios, almacenes o naves industriales, el riesgo aumenta por la presencia de espacios cerrados y estructuras metálicas huecas que acumulan calor.

El control de avispas en estos entornos no solo consiste en eliminar nidos visibles, sino en establecer un plan preventivo que incluya revisiones periódicas y tratamientos disuasorios.

Plaguefit, por ejemplo, recomienda programar una inspección anual a finales de verano, cuando las primeras obreras comienzan a construir los nidos iniciales. Actuar en esa fase temprana evita intervenciones más complejas y costosas meses después.

Un manejo responsable: proteger sin dañar

Aunque la avispa oriental puede resultar peligrosa, no todas las avispas son enemigas. Muchas especies locales desempeñan un papel fundamental en el control natural de plagas agrícolas.

Por eso, las actuaciones profesionales buscan siempre un equilibrio: eliminar el riesgo inmediato sin perjudicar a otras especies beneficiosas.

En Plaguefit, cada intervención de control de avispas se ajusta a criterios de sostenibilidad y seguridad. Se priorizan productos certificados y métodos de extracción selectiva, especialmente en zonas con alta presencia de polinizadores. Además, las colonias retiradas se documentan y notifican a los servicios ambientales para contribuir al seguimiento de la expansión de Vespa orientalis en Andalucía.

Este enfoque responsable garantiza que la protección de las personas y las actividades urbanas no implique un impacto negativo sobre el entorno.

Anticiparse es la clave

La aparición de la avispa oriental en Jaén marca un cambio en el panorama de plagas locales. Ya no se trata de un fenómeno puntual, sino de una tendencia que exige vigilancia, coordinación y rapidez de actuación.

El otoño es el momento más crítico, cuando los nidos alcanzan su máximo tamaño y las avispas se vuelven más defensivas.

Identificar, señalizar y contactar con profesionales es la secuencia correcta. Cualquier intento de manipular un nido sin preparación puede terminar en múltiples picaduras o en la dispersión de la colonia.

La buena noticia es que, con una intervención temprana, el riesgo puede controlarse por completo.

El control de avispas en Jaén no es solo una cuestión de seguridad individual, sino también de salud pública. Cada nido eliminado antes del invierno evita decenas de nuevas colonias en primavera. Y cada aviso a tiempo contribuye a mantener equilibrado el ecosistema urbano.

Si notas un zumbido persistente cerca de un muro, una actividad inusual en tu tejado o la presencia de ejemplares grandes de color rojizo, no lo ignores. Comunica el hallazgo y deja que los especialistas actúen.

En Plaguefit trabajamos precisamente para eso: proteger entornos, comunidades y familias, asegurando que la convivencia con la naturaleza sea siempre segura y responsable.

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