Las abejas son los insectos polinizadores por excelencia y tienen una función esencial para el equilibrio de la naturaleza, ya que contribuyen activamente a la supervivencia de muchas especies de plantas que se reproducen gracias al transporte de polen que llevan a cabo estos pequeños animales al alimentarse del néctar de las flores. Viven una media de cinco años y no miden más de 1,5 centímetros.
La estrategia principal para prevenir la exposición humana a las abejas es el control eficaz a través de un Plan Integrado de Gestión de Plagas.
Esto se logra, identificando el origen de la plaga, con las medidas preventivas y un método de tratamiento adecuado al nivel de infestación de forma segura, eficaz y siendo respetuoso con el medio ambiente.